Que iluminacion necesitas por m2


La ciencia avanza y ahora entendemos mucho mejor qué luz prefieren las plantas y cómo medirla. Vamos a repasar algunos conceptos que nos ayudarán a planificar más eficientemente la iluminación de los cuartos de cultivo de interior.

Luz para ver o luz para cultivar

El espectro que vemos los humanos y el espectro que absorben las plantas no son iguales: coinciden en algunas longitudes de onda pero no en todas. Esto quiere decir que no todos los lúmenes son igual de útiles para las plantas a la hora de hacer la fotosíntesis. Los humanos vemos muy bien el espectro amarillo y verde de la luz, mientras que las plantas son más efectivas aprovechando el espectro azul y el rojo, por ejemplo.

La densidad del flujo de fotones fotosintéticos o PPFD mide la cantidad de fotones PAR que llegan a las plantas.

El equivalente a los lúmenes en luz PAR es el PPF o flujo de fotones fotosintéticos, que se mide en µmol/s y refleja cuántos fotones fotosintéticamente activos produce una lámpara por segundo.

Para hallar el PPFD se divide el PPF de la lámpara entre los metros cuadrados iluminados.

Por ejemplo, una lámpara con un PPF de 1.100 µmol/s que ilumine un metro cuadrado dará un PPFD de 1.100 µmol/s/m2, pero si ilumina 1,5 m2 el PPFD será de 733 µmol/s/m2.

Eficiencia PAR

Las lámparas más eficientes para el cultivo son aquellas que más fotones PAR emiten por cada vatio de electricidad consumido.

Si las lámparas de alta presión más eficientes producen entre 1,4 y 1,8 umol/W, las mejores ledes llegan casi a doblar esta eficiencia, alcanzando 2,8 µmol/W.

Prácticamente hace falta la mitad de electricidad para producir la misma cantidad de fotones PAR con una led de última generación que con una lámpara de alta presión; por eso cada día está más claro que el futuro del cultivo pasa por las ledes: su eficiencia es muy superior a cualquier otra lámpara.

Por encima de 1.000 µmol/s/m2 conviene elevar hasta 30 ºC la temperatura y hasta 70 u 80% la humedad"

 

Consejos para cultivar en interior con mucha luz

 

Las plantas no necesitan la misma intensidad de luz durante toda su vida:

Las semillas en germinación y las plántulas jóvenes tienen suficiente con 200 a 400 µmol/s/m2.

Las plantas en crecimiento requieren más luz, entre 400 y 600 µmol/s/m2.

La floración es la fase durante la cual pueden aprovechar mayor cantidad de luz, entre 600 y 1.000 µmol/s/m2.

Ciertas variedades, principalmente sativas, pueden usar hasta 1.200 µmol/s/m2. Si el cuarto de cultivo se enriquece con CO2, los niveles de PPFD máximos suben hasta 1.000 µmol/s/m2 en crecimiento y 1.500 µmol/s/m2 en floración, siempre que las variedades lo resistan.

De todos modos, no suele compensar cultivar con niveles tan altos de PPFD; a partir de 1.000 µmol/s/m2 en floración resulta más eficiente ampliar un poco el espacio que subir la intensidad de luz.

No solo hay variedades que necesitan más luz que otras, el estado de salud de la planta también puede tener su importancia. Las plantas débiles, enfermas o atacadas por plagas suelen ser más sensibles al exceso de luz y, generalmente, requieren menor intensidad. Además, no se pueden poner las plantas de golpe bajo 1.000 µmol/s/m2, pues se quemarían, hay que ir acostumbrándolas poco a poco.

"Las plantas absorben mejor la radiación azul y roja que la amarilla y verde"

Las condiciones óptimas del cultivo varían cuando se utilizan niveles muy altos de luz. En general, cuanta más luz, mayores son la temperatura y la humedad óptimas para las plantas.

Por encima de 1.000 µmol/s/m2 conviene elevar hasta 30 ºC la temperatura y hasta 70 u 80% la humedad. Además, para que aprovechen realmente toda la luz también es recomendable elevar el nivel de CO2 hasta 1.000-1.200 ppm.

Cuanta más luz hay, más trabajo tienen las plantas, más forzadas van. Por eso solo se deben usar niveles muy altos de luz con plantas sanas, fuertes, vigorosas y bien adaptadas. Además, es esencial que los distintos parámetros climáticos del cultivo sean correctos. Los cultivadores principiantes suelen obtener mejores resultados con niveles medios o altos pero no muy altos, manteniendo las lámparas algo más alejadas de las plantas. Conforme ganan experiencia y son capaces de cuidar mejor el cultivo, pueden ir acercando las lámparas para disponer de mayor PPFD.

Tampoco hay que pensar que solo se pueden conseguir buenas cosechas con más de 1.000 µmol/s/m2. A partir de 400 µmol/s/m2 la calidad ya es buena. Luego, al ganar experiencia, se puede ir subiendo hasta 800-1000 µmol/s/my veremos subir la producción sin problemas hasta los 800-1000 µmol/s/m2. Por encima de este valor, la producción sube pero la eficiencia baja, por lo que es mejor aumentar el espacio que la intensidad de luz. Lo más eficiente en gramos por µmol es usar unos 800 µmol/s/m2, aunque depende de varios factores, como la genética, el clima o el tipo de cultivo.

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